Los ventanales y el mirador del restaurante, brindan increíbles vistas del Parque Nacional Lanín y del volcán, un marco ideal para disfrutar de nuestra carta, que ofrece sabores propios y exclusivos de los bosques patagónicos en un ambiente de distensión y relax.

Cada plato es un despliegue único de sabores y sensaciones, acompañados por una minuciosa selección de vinos.

A la hora del té, las delicias de la repostería regional se combinan con una distinguida variedad de infusiones.

Tablas, quesos y ahumados junto a cervezas artesanales propias de la región, hacen del Happy Hour del hotel, un instante perfecto para disfrutar del maravilloso atardecer cordillerano.